Los vasitos apilables para desarrollar la psicomotricidad fina
Los juguetes para apilar, encajar y desencajar como los vasitos apilables de Mushie son uno de los mejores juguetes para desarrollar la psicomotricidad fina. Además, son populares entre los niños desde hace décadas. Aquí veremos por qué y cómo se desarrolla la psicomotricidad fina con los vasitos apilables. Estos vasitos captan la atención de los bebés de apenas cinco o seis meses y siguen siendo de utilidad y los entretienen hasta los tres años. Otra de las mayores ventajas de este juguete es que, al ser apilable es pequeño y ligero, y lo podemos transportar fácilmente. Lo podemos llevar en el bolso o en el carrito encajados y sacar en cualquier ocasión para que jueguen con ellos o también con el agua o la arena.
La importancia del juego en el desarrollo
Vivimos en una sociedad en la que actualmente el aspecto académico e intelectual son los más importantes. Pero debemos saber que el juego es el pilar fundamental del aprendizaje y cobra más importancia cuanto más pequeños son los niños. En los primeros años el juego libre hace volar su imaginación; el juego simbólico les acompaña en la imitación de las acciones de los adultos aprendiendo las habilidades sociales y prácticas más comunes. A rasgos generales, cuanto más sencillo y básico sea un juguete, mejor. Los juguetes simples dejan más lugar a la imaginación y fomenta que el niño complete toda la información que no ve en los juguetes con su mente y su imaginación. Estos juegos libres y sencillos son clave para el desarrollo de la creatividad y la autonomía.
Qué habilidades se fomentan con los vasitos apilables
Una de las habilidades a las que más importancia se le suele dar cuando hablamos de estos vasitos apilables es al desarrollo de la psicomotricidad fina. La psicomotricidad fina es el uso de las manos y el desarrollo de los procesos de movimiento y coordinación de músculos pequeños como los de los dedos. Con estos bloques pueden practicar el agarre, cada vez más preciso, la capacidad de soltar, encajar y desencajar los vasitos.
Por otra parte los colores y diseños de los vasitos atraerán su atención a través del color y en los primeros meses les impulsarán a desplazarse por el suelo para agarrarlos.
Al utilizarlos para encajar, desencajar y para procesos de construcción y destrucción de torres experimentan de primera mano fenómenos y leyes físicas como la de la gravedad y el equilibrio. Al mismo tiempo, los juguetes sencillos y básicos son los mejores para que desarrollen la imaginación y la creatividad.
¿Cuáles son los mejores juguetes apilables?
Juguetes de este tipo hay para todos los gustos y para escogerlo sobre todo habrá que tener en cuenta el material. Debemos tener en cuenta que sea seguro y lo más duradero posible. Lo más habitual es que sean de plástico como el de tipo PP (polipropileno) pero siempre será mejor evitar que contenga PVC, BPA o ftalatos.
También existen juguetes de este estilo fabricados en madera muy interesantes por su tacto aunque habrá que revisar que estén pintados con pinturas seguras a la hora de llevárselo a la boca y que no tengan barnices dañinos. Es mejor optar por maderas como la madera de haya que es menos porosa y hay menos probabilidad de que se ensucie o guarde humedad.
En LASARA tenemos el pack de 8 vasitos apilables de la marca Mushie, fabricados en Dinamarca. Están hechos de plástico polipropileno PP sin PVC ni BPA ni ftalatos. Se pueden utilizar también para jugar en el agua en la bañera o la piscina. Podrás encontrarlos aquí en la gama de colores retro y en la gama original de tonos pasteles en nuestra sección de juguetes sensoriales.
¿A qué edad se usan estos juguetes?
A partir del quinto mes los bebés pueden comenzar a coger objetos con las dos manos y presionan los objetos.
Con 6 meses se van desplazando poco a poco arrastrándose o gateando hasta ellos y los vasitos les llaman la atención por los colores y el ruido que hacen al caer.
Una vez cumplidos los 10 meses se da un gran avance en estas capacidades de agarre y ya pueden agarrar con más precisión, coger, tirar y encajar con más facilidad. Entre los 15 y 18 meses ya se pueden incluso alimentar solos, aprenden a manejar cubiertos y su coordinación aumenta notablemente.