Hoy en día, el calendario de Adviento está presente en muchos hogares, sobre todo en forma de cajitas de chocolates que encontramos ahora ya hasta en los supermercados y que los niños comen del 1 al 24 de diciembre. Sin embargo, este calendario tan popular tiene raíces mucho más profundas en la tradición cristiana, especialmente en la preparación espiritual para la Navidad, conocido como el periodo de Adviento.
¿Qué es el Adviento?
El Adviento es un periodo de cuatro semanas antes de la Navidad que marca el inicio del año litúrgico en la tradición cristiana. La palabra “Adviento” proviene del latín adventus, que significa “venida” o “llegada”. Este tiempo está dedicado a la preparación espiritual para la llegada de Jesús, recordando su nacimiento y también esperando su regreso, según la fe cristiana. El Adviento invita a la introspección, la reflexión y la esperanza, con prácticas que animan a conectar con la paz, la luz y la renovación.
Esta tradición comenzó en Europa en torno al siglo IV y se celebraba de distintas formas en la iglesia. Aunque hoy se asocia mucho con el calendario, existen otros elementos tradicionales que buscan profundizar en el sentido del Adviento como la corona de Adviento y las velas de Adviento.
La corona de Adviento
La corona de Adviento es uno de los símbolos más significativos de este periodo. Se trata de una corona circular elaborada con ramas de pino o abeto, que representa la eternidad y la continuidad de la vida. Sobre ella, se colocan cuatro velas que simbolizan cada una de las cuatro semanas de Adviento. Cada semana se enciende una vela, y muchas familias realizan una pequeña reflexión o tiempo de paz en ese momento. Las velas suelen tener colores que representan la paz, el amor y la esperanza, y en algunas coronas, se incluye una quinta vela para encender en Nochebuena.
El calendario de Adviento
El calendario de Adviento fue creado como una forma de que los niños contaran los días que faltaban hasta la Navidad, haciéndoles más amena la espera. Originalmente, los calendarios eran simples, con una pequeña imagen o una frase inspiradora detrás de cada día. Con el tiempo, evolucionaron a los calendarios de chocolate que vemos hoy, en los que cada día se esconde una sorpresa.
Diferentes maneras de vivir el Adviento
Existen diversas maneras de vivir el Adviento en distintas culturas y hogares y ahora es una costumbre que llega a todas las casas, sean estas cristianas o no, practicantes o no. Por ejemplo en las escuelas Waldorf es un periodo muy celebrado porque como festividad estacional ayuda mucho a los niños a conectar con los ritmos del año, las estaciones y el paso del tiempo. Algunas familias prefieren sustituir los regalos por actividades diarias para hacer en familia o pequeños retos o prácticas que inviten a reflexionar y a compartir en familia.
Celebrar el Adviento es una oportunidad para desconectarnos del bullicio y las prisas de la vida diaria, especialmente en una época del año que suele estar repleta de actividad. Sea con una corona de Adviento, un calendario o sencillamente dedicando momentos de calma, este periodo nos anima a prepararnos no solo para celebrar la Navidad, sino también para reconectar con nosotros mismos y con nuestros seres queridos.
Una oportunidad pedagógica
Especialmente cuando en las casas hay niños, el Adviento nos parece una oportunidad fantástica para aprovechar y hacer varias actividades que conectan a los niños con la naturaleza, el paso del tiempo, los ciclos, las estaciones. Con actividades como el calendario de adviento y la corona de adviento desarrollan la capacidad de la paciencia, la espera, el sentimiento de pertenencia les aporta seguridad y la sensación de volver a un periodo conocido les da la seguridad que necesitan para explorar libremente el mundo. Os animamos a aprovechar para hacer con ellos la corona de adviento, salir a buscar las ramas al campo, hacer con ellos las velas… crearles un calendario de adviento sencillo que puedan descubrir con sorpresa e ilusión cada día.
En resumen, el Adviento es un tiempo de pausa y reflexión. Con sus símbolos y tradiciones, nos ayuda a preparar el camino hacia una Navidad más significativa, pausada y consciente.